martes, 8 de octubre de 2013

Gato cimarrón

El gato cimarrón se trata de un carnívoro depredador de hábitos crepusculares con una morfología que refleja su modo de vida. Posee garras retráctiles, una dentadura y lengua típica de depredadores y un tamaño medio que facilita sus movimientos ágiles para la depredación.  








Orginalmente procedentes del Felis silvestris lybica (foto izquierda) de Egipto, como corroboran datos genéticos,  fueron domesticados con mucha probabilidad por primera vez en Egipto o en poblaciones cercanas, seguramente con el inicio de la agricultura. Icialmente se distribuía por China, sur europeo, Norte de África, India, Mediterráneo y gran Bretaña, sin embargo su distribución actual es cosmopolita debido a la acción antrópica. Su distribución cosmopolita refleja su capacidad para la adaptación a los ambientes más inhóspitos. Su distribución en Canarias se observa en todos los ecosistemas zonales y azonales. Esto se debe principalmente a los escasos requerimientos que tienen: lugares de cría y para esconderse y presas (en Canarias principalmente el conejo).



Su relación con otras especies introducidas o nativas suele responder a una relación predador-presa que supone una serie amenaza para las especies ya de por sí en peligro como Gallotia gomerana, Gallotia simonyi, Gallotia intermedia,  Callandrella rufescens, Fringilla teydea polatzeki, Saxicola dacotiae, Pyrrhocorax pyrrhocorax.  Además de la amenaza directa sobre estas especies también suponen problemas sanitarios para el hombre y ponen en peligro la dispersión de semillas llevadas a cabo por los lagartos del género Gallotia sin que realicen ninguna dispersión secundaria. Es tal el problema que representan que existe una legislación para el control de su invasión, además de las campañas de erradicación y esterilización que se dan en Canarias. 

Esta situación no es exclusiva de Canarias pues en muchos lugares del mundo se repite este patrón de amenaza; notablemente en Estados Unidos, donde las estimas indican una pérdida anual de 1,4 a 3,7 y de 6,9 a 20,7 mil millones de ejemplares de pájaros y mamíferos, respectivamente. Este depredador introducido en el siglo XV supone, junto con la rata negra, una amenaza para el 26% de las especies del Libro Rojo de los Vertebrados de Canarias y por sí solo amenaza un 8% de las especies de aves, mamíferos y reptiles en peligro crítico de la UICN a nivel mundial. En Canarias, representan el depredador de 68 especies distintas, de las cuales 5 mamíferos, 16 aves, 15 reptiles y 32 invertebrados. Su amplia distribución se debe a la dispersión por el hombre, que suele abandonar  estos animales con gran capacidad de crear poblaciones.  

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